Una
flota de vikingos haciendo estragos a orillas del Guadalquivir, traiciones en
el seno del reino musulmán y un romance como puente entre ambos pueblos son los
principales ingredientes de Un Vikingo En Al-Ándalus, una novela trepidante y
humilde. Su argumento combina sucesos y personajes ficticios con otros
verídicos, bajo un riguroso trasfondo histórico que saca a relucir un esmerado
ejercicio de documentación.
El
trabajo escapa de cualquier foco mediático, siendo distribuida modestamente en
Internet, ferias de libros y librerías localizadas. De hecho, fue conociendo
personalmente al autor cómo pude dar con esta obra. Compartía unos vinos con un
buen amigo en la Bodega Adolfo de Benalúa, lugar de encuentros y tertulias
literarias, cuando el propio bodeguero por entonces, Víctor J. Andrés, me
advirtió del cercano advenimiento de su segundo libro. En 2011, el escritor
leonés publicó su primera novela, El Godo, ambientada en la conquista musulmán
y el fin del período visigodo en la Península, marcada en mi lista como
pendiente.
En
esta tentativa, nos trasladamos al Siglo IX a tierras danesas para conocer la
historia de dos hermanastros, Ivar y Gunrod, hijos de un gran guerrero vikingo.
A pesar de su condición diversa, piloto de drakar –una embarcación usada por
los vikingos– y berserker –un tipo de
salvaje guerrero vikingo– respectivamente,
se enrolan en el atroz saqueo de Sevilla. Por otro lado, a Claudia, hija del
encargado de la yeguada, le sorprende el ataque vikingo en su marcha hacia las
marismas del Guadiana. En el breve período de dominación vikinga, Ivar y
Claudia comenzarán una historia de amor interrumpida por la expulsión de los
vikingos. Seguidamente, una conspiración para derrocar a Abderramán II como
emir involucrará a los protagonistas.
Diversos
pasajes históricos acontecen en Un Vikingo En Al-Ándalus tales como la incursión
vikinga de 844 desde Cádiz a Sevilla, con la masacre a los habitantes de Coria
del Río incluida; la Batalla de Tablada del mismo año entre musulmanes y
vikingos, la cual trajo la integración de varios centenares de vikingos en la
sociedad musulmana; o la Batalla de Clavijo entre musulmanes y cristianos. Otra
particularidad de la época expuesta es el tributo de las cien doncellas, el
cual imponía al Reino de Asturias entregar a cien muchachas para el harén del
emir. Además, se hace énfasis en elementos de la cultura vikinga tales como los
berserkers y drakars ya citados, o la impactante actitud de los mismos ante la
muerte:
“Cuantiosos
fueron los brindis que por Harald se realizaron esa noche. La cerveza corría
por doquier y muchos cayeron ebrios antes que el sol se levantara por el este.
Por la mañana llevaron el cuerpo al Godhaus, la casa de Dios. Allí lo
amortajaron y dispusieron las pertenecías que le acompañarían en este último
viaje. Poco después lo sacaron a hombros y lo llevaron a la orilla del mar. Una
balsa en la que se había acumulado gran cantidad de leña se mecía suavemente
llevada por las indolentes ondas que producía el calmo mar de ese día. Olalla
permanecía de pie al lado de la balsa. Ivar, que acompañaba el cuerpo de su
padre, observó un tanto extrañado cómo su madre vestía con ropajes de viaje.
Entonces, mientras se acercaba la comitiva donde la balsa esperaba, escuchó a
Gunrod preguntar.
–¿Vas
a acompañar a mi padre?
–Sí
Gunrod. Sé que a él le hubiera encantado– contestó Olalla con la voz plana y
sin restos de emoción.
[…]
Una antigua tradición, no demasiado extendida aunque no olvidada, permitía a
las esposas de los guerreros muertos acompañarles en la balsa ceremonial. Para
ello, la esposa se quedaba en la almadía cuando ésta era enviada a alta mar. Le
dejaban una espada, que solía ser la del guerrero muerto, y con ella la viuda
se atravesaba el cuerpo. Una flecha prendida en pez se lanzaba entonces desde
la orilla para incendiar los troncos y con ellos los cuerpos”.
El
relato de la historia resulta ameno mediante un enfoque narrativo múltiple que
poco a poco se uniformiza hacia una misma trama, el cual consigue enganchar
desde las primeras páginas. El estilo literario empleado es una prosa clara y
directa. No hay espacio para metáforas enrevesadas ni largas descripciones, lo
cual hace que la lectura sea veloz y vibrante ante la vorágine de sucesos, pero
que bien podría haber dado un ejemplar mucho más profundo.
A
sabiendas de que Un Vikingo En Al-Ándalus ha sido autoeditado y no ha contado
con el apoyo de una editorial, el trabajo viene un tanto deslucido al contener
diversas erratas ortográficas y de puntuación, que esperemos sean corregidas en
merecidas ediciones posteriores.
En
definitiva, una obra más que recomendable y de un alto nivel documental que nos
acercan a un período tan trascendental como olvidado en nuestras retinas. Sé de
buena tinta que Víctor J. Andrés anda enfrascado en su tercer libro que a buen
seguro será apetecible y me encantará volver a destripar.
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Ficha Técnica:
Título: Un Vikingo En Al-Ándalus.
Autor: Víctor J. Andrés.
Páginas: 213.
Editado por: Ediciones Robla.
Año de publicación: 2013
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Ficha Técnica:
Título: Un Vikingo En Al-Ándalus.
Autor: Víctor J. Andrés.
Páginas: 213.
Editado por: Ediciones Robla.
Año de publicación: 2013
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