19 de abril de 2016

El Indomable

Una mezcla de impotencia y rabia enrojecía las baldosas cuando hinqué la rodilla ante la bestia indomable. Las heridas a medio suturar evocaban pasadas derrotas; los recovecos desiertos de mi piel avivaban el anhelo. Y él, silencio salvaje, se esfumó sin inmutarse.

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